20090620

beso

él tiene la boca pequeña, los labios finos. yo estoy caliente y callado, como el cráter dormido dispuesto a demostrar. él también tiene, y esto es importante, la nariz grande y alargada. siempre esta debilidad mía por las narices grandes, pues su tamaño es proporcional al tiempo que transcurre des de que se rozan las narices hasta que encuentran los labios. es decir, al impactante instante de placer no de besar, sino de acercarse a unos labios que antaño se hablaron, se quisieron, y llegan al fin a colisionar. la pérdida de consciencia es, para mí, tan justa como deseada, y suficiente para que este momento se convierta en un recuerdo que salpique para siempre mi memoria. de cuando nos acercamos, como las ramas de los árboles que tras ostentar en vano sus libre florituras, se buscan y juegan a mezclarse. se besan, como lo hacemos nosotros. cierro los ojos al llegar a él, ya no están en blanco, ya no asustan al amante de fuego. dinamitamos el deseo y lo convertimos en polvo. apagamos, con la hibridación de nuestras lenguas, el más fuerte de los torbellinos que sacudió un día mis entrañas.